martes, marzo 18, 2014

Somos la Sal

Lo que dice la Biblia:
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor?  Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee…” (Mateo 5:13)

Son palabras de Jesús a sus seguidores. O sea, nosotros. ¿Tenemos claro entendimiento de lo que significa? Somos la sal, esto es, somos lo que da sabor, lo que sazona, lo que le da validez realmente a los alimentos. Entonces debemos sazonar las vidas de los que nos rodean con nuestro conocimiento de la Palabra y con la gracia de nuestro maestro.

¿Nuestros vecinos están atribulados por un problema familiar? Nuestras oraciones, consejo, apoyo y comprensión, salpicados de citas bíblicas llevarán algo de paz. ¿Algún compañero de trabajo pasa por una depresión? Nuestras oraciones y versículos de sabiduría bíblica pueden restablecerlo. ¿Alguna amistad terminó una relación o perdió su empleo? Nuestras oraciones junto a la referencia de las promesas de Dios de estar siempre cerca del creyente le sostendrán. Muchas situaciones se presentarán cada día en que al mostrar la gracia de Dios y revelar Su Palabra, traerá el sazón a la vida. Si somos la sal, es nuestra tarea.

La cita además es significativa cuando consideramos que la sal en el mundo es de lo más económico que hay. Esto nos debe mantener humildes. Somos la sal, pero no debemos vender caro nuestro servicio. Por gracia somos salvos, por gracia debemos cumplir con nuestra encomienda. No podemos escatimar la sazón, o incluso ser selectivos. La sal no discrimina entre el pollo y el pescado, sino que funciona para todo alimento. Igual debemos actuar nosotros.

Si somos la sal, debemos ocuparnos en que no falte el sabor en las mesas de nuestro alrededor. No deseamos que nos pase lo que dice al final de Mateo 5:13, ¿verdad?, así que evitemos el volvernos insípidos.

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