miércoles, diciembre 24, 2008

Cinco Días para Navidad (Conclusión)

Esta es la conclusión del relato. Mi recomendación es que no lea esta parte sin haber leído la primera, la cual puede encontrar más abajo, la anterior publicación. ¡Feliz Navidad!

El Primer Día
El sábado por la noche, sin habernos puesto de acuerdo previamente, nos reunimos de nuevo, excepción hecha de René y el Teniente.

La conversación obviamente giró alrededor de la muerte del general y del aparente inició de los cinco días de plazo de la apuesta.

Ese fue el primer punto: ¿René había dado la señal? ¿Tomaba la muerte del General como su delito?

En ninguno de los medios se mencionaba la palabra asesinato. Todos concordaban: falla cardiaca. ¿Cómo podía haberse iniciado la apuesta si no había delito? ¿No era una táctica de René?
Después de todo, lo único que había dicho era el tiempo restante para Navidad. ¿Un truco para obligar al Teniente a colocar su atención sobre un punto y él actuar en otro? Tanto si lo era, como si no, lograba por lo menos, confundir al Teniente.

Por otra parte, para personas que conocíamos a René de tiempo atrás, era inconcebible el creerlo asesino. ¿Matar a una persona para ganar una apuesta? ¡No! No podía ser.

Durante nuestras discusiones de los días anteriores habíamos concluido que René hubiese podido robar para tratar de ganar la apuesta, aunque también estábamos convencidos que luego de los cinco días y haber dado una lección al Teniente, hubiera regresado el producto del robo. Ello, a final de cuentas, y si todo salía bien, no hubiese dañado mayormente a nadie. Pero, ¡matar!
¿No sería solamente una broma?

Después de todo, ¿no era la mejor forma de acabar con la farsa de la apuesta?

Aunque esa noche se vertieron mil conjeturas, yo tenía la mente bloqueada con una pregunta:
¿Tenía importancia el episodio del salero?

El Segundo Día
El domingo por la noche se presentó el Teniente y como todos nos mostramos curiosos, nos contó las averiguaciones realizadas en torno al General.

Lo principal era que los familiares del General no deseaban se practicara la autopsia. No había razón para ello y el Teniente no había querido externar ninguna idea que sugiriera el asesinato. El médico que atendió al General había dicho, y lo sostenía sin titubear, que la muerte se había debido a un paro cardiaco provocado por una indigestión.

La sola mención de la palabra "indigestión" generó un silencio sorprendente entre los ahí reunidos. Si el estómago tenía relación con el deceso, entonces René podía estar involucrado.

-Teniente -preguntó alguien-, ¿crees que René tenga algo que ver? El jueves el General comió la sopa preparada por René. ¿Recuerdas?

-Lo recuerdo, pero también recuerdo que todos tomamos esa sopa, incluido el propio René. Y nadie, quitando al General, tuvo problemas, ¿no es así?

-Bueno, ahora que se menciona... -intervino Carlos-, yo estuve enfermo del estómago ayer.

-Además -continuó el Teniente sin apenas atender a Carlos-, de haber existido un veneno, seguramente el forense hubiera reconocido algún síntoma.

-Evidentemente la sopa no estaba envenenada, a menos, y no me lo parece, que el averno se parezca a la casa de Peraza.

-Te diré que Peraza sí tiene facha de Luzbel.

Como continuaron las bromas, el Teniente se escabulló discretamente haciéndome seña de que lo siguiera.

Llegamos a una habitación vacía.

-¿Tienes aún el salero?

-Sí, lo tengo en mi caja fuerte.

-¿Exactamente el mismo?

-Estoy completamente seguro.

-Supongo que me lo entregarías...

-Sólo si René me autoriza a ello. No puedo actuar de otra forma. Tú me conoces.

-Yo conozco tu ética cristiana. También sé que René me lo negará si sencillamente se lo solicito. Para obtener el salero debo acusarlo formalmente, más para ello debo poseer alguna indicación clara de que el General fue envenenado.

-Entonces, ¿crees que René lo hizo?

-Tengo que creerlo. No puedo permitirme el no investigar.

Hubo una pausa. Muy solemne, el Teniente continuó:

-Es cierto que me burlé de René; ahora me arrepiento. Pensé que iba a intentar un robo, en cuyo caso me hubiera importado muy poco atraparlo o perder la apuesta. ¡Matar! Por muy nefasta que hubiera sido la persona en vida, no puedo pasarlo por alto. Y si además de ello tuvo la osadía de hacerlo en mi presencia...

Al despedirnos, aún me dijo:

-Lo siento por él, pero pondré mi máximo esfuerzo en aclarar el caso. Por favor, que el salero no salga de tu caja fuerte.

El Tercer Día
René se presentó a la reunión del lunes por la noche y fue asaltado a preguntas, sin embargo de todas se escabulló elegantemente. No obstante, hubo una frase que lo hizo titubear.

Una amiga muy sensible, Yukiko (padres japoneses), había tomado aversión a René desde el momento que se iniciara la apuesta y prácticamente se había trocado en odio ante la sola sospecha de que René hubiese matado al General.

De hecho, ella no había estado participando en la conversación, sin embargo supo hacerse oír:

-Es triste que el hombre sea el único animal capaz de matar a un semejante sólo por salvaguardar el amor propio.

La expresión de René fue un tanto indefinida. Aunque notó claramente quién había soltado la frase, su contestación no fue dirigida a nadie en especial.

-Es triste que el hombre, que la humanidad, no sepa qué es la vida, ni sepa a dónde debe dirigirse. Las abejas están concientes de que la vida no es la fugaz existencia de un zángano o una obrera, y son capaces de enfrentarse a cualquier ente que amenace su futuro, aún cuando ese ente sea algo tan descomunal como un ser humano. ¿Por qué la humanidad no percibe que los hombres sólo son células de un proyecto grandioso? Los tumores hay que extirparlos tan pronto se identifiquen, porque si bien, son parte del organismo, la degeneración de su crecimiento, puede acabar con el propio organismo. La gran inteligencia del hombre no debe servir para ponerse trabas que le impidan desechar los tumores malignos. Debe enfrentarse a todo lo que amenace su futuro, sean las degeneraciones de su propia raza, o sean los Dioses que se ha impuesto y que han adquirido una fuerza más allá de lo racional. Cuando no se entiende qué es la vida, ¿Para qué molestarse en condenar la muerte?

Nadie lo interrumpió y observé que nadie estaba preparado para discutir con él. Sin embargo, yo me sentí en la obligación de defender mis creencias y se me ocurrió tomar la parte de los tumores.

-¿Cómo podría un ser humano mortal ser capaz de juzgar a sus semejantes? Sólo Dios...

-Antes que nos prediques -me interrumpió René sin miramientos-, la propia Biblia que tienes por misión defender, fortalece mi argumento. ¿Qué dice Mateo 5:30?

-No sé de memoria.

-Tu tarea -dijo con una expresión que indicaba que no podríamos continuar debatiendo si yo no estaba preparado.

Me quedé sin argumentos. No sabía si alegrarme de que hubiera leído la Biblia o escandalizarme de que la usara, muy probablemente torciéndola, para fines nada alentadores. Tenía que ir a mi casa a leer ese pasaje.

Antes de retirarnos, al igual que el Teniente, René me llevó aparte para interrogarme.

-El Teniente, ¿te pidió el salero?

-Me preguntó por él, le dije que lo tenía en mi caja fuerte y que únicamente saldría de ahí bajo indicación tuya.

-Es lo que esperaba de ti. Gracias.

-René, debo advertirte dos cosas.

-Adelante.

-Primera: el Teniente está convencido de que tú estás relacionado con la muerte del General.

Se encogió de hombros.

-Segunda: tampoco a ti te entregaré el salero antes de Navidad, a menos que me autorice el Teniente.

Me estrechó la mano.

-Sé que tu forma de ser, al menos desde que abrazaste el cristianismo, es de completa formalidad y la aplaudo.

Camino a casa no pude sino sentir la fuerte impresión de estar siendo utilizado. No había sido afecto lo que había inducido a René a incluirme la noche del jueves en la mesa del General, sino su cálculo de que mi "peculiar forma de ser" me haría el perfecto juez de una apuesta que se estaba tornando en macabra, por decir lo menos. Pero sobre todo me inquietaba el hecho de que él citara la Biblia de memoria en lo que podría ser un justificante para su delito. Él había mencionado una especie de teoría acerca de que los hombres somos parte de una especie de mega-organismo universal, teoría probablemente extraída de textos de ciencia-ficción, pero al parecer adoptados por su mente lógica que nunca se ha abierto a la posibilidad de la existencia de un Dios.

Al llegar a casa, lo primero que hice fue abrir mi Biblia y leer Mateo 5:30. Decía: "Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno".

Oré y lloré.

El Cuarto Día
Durante el curso de la mañana del día 23, encontré al Teniente y tuve oportunidad de intercambiar algunas palabras con él.

-Por fin logré que se efectuara la autopsia; en un rato más obtendré el resultado. Asegúrate de que esta noche asista René, es probable que pueda pedirle oficialmente el salero.

-Pero..., bueno, yo no debería meterme, sin embargo...

-Vamos, exprésate con confianza. Ten la seguridad de que tu opinión no cargará la balanza.

-Si yo fuera tú, no iría tan rápido con lo del salero. Quedarías en ridículo si ahí hubiera sólo sal, existiera o no envenenamiento.

-Tienes razón y créeme que lo he pensado mucho. Mira, cualquier "asesino común", llamémosle así, no hubiera actuado con tal desfachatez frente a un detective porque se estaría señalando. Ahora bien, el Dr. de Ávila sentó las bases para un duelo de estrategias. Él sabía que yo no tomaría los hechos con sencillez, que yo no respondería a una actuación tan obvia y por lo tanto pasaría por alto el episodio del salero. No puedo dejarme engañar.

-Pero de hecho, estás respondiendo a lo obvio, aunque estés razonando más. Dime, ¿no crees que el Dr. pudo anticipar que tu razonamiento sería tal cual lo estás expresando en este momento y cayeras en la trampa de todos modos?

-Él pensó, que yo pensaría, que él pensaría, que yo... Nos podemos ir al infinito de esta manera.

-No, hasta la mente más brillante se embrolla luego de unos cuantos rebotes.

-Me quedo con las premisas básicas. Posteriormente profundizaré en las intenciones de René. Primero: la noche anterior a la muerte del General, René actuó desacostumbradamente, lo cual indica intención o conocimiento. Segundo: proporcionó un salero al General y consiguió que únicamente él lo usara, lo cual puede ser una estrategia para desorientarme o el crimen mismo. Tercero: se negó a entregarme el salero, pero tampoco lo regresó a su saco de donde hubiera podido sacar un duplicado. ¿Qué indica esto? ¿Claridad en sus acciones? ¿Cerrarme todas las salidas?

Pude percibir una mueca de desesperación en su rostro.

-Te veré en la noche. Voy a conocer el resultado de la autopsia.

Nos despedimos y no pude sino admirar, muy a mi pesar, la magistral forma en que René había manejado todas las variables del caso. Todo apuntaba en un solo sentido. ¿Para engañar? ¿Para que resultase tan obvio que obligara al Teniente a no dejarse atrapar en la corriente?
¿Disfrazar para engañar o engañar para disfrazar?

El Teniente llegó tarde a la reunión y se veía francamente desalentado.

-Teniente, cualquiera diría que se fugaron todos tus reos.

-¿Alguna noticia?

-Finalmente se efectuó la autopsia -dijo pausadamente- y aunque confieso que aguardaba algún resultado extraño, sólo se encontró comida mal digerida en sus intestinos. Era un verdadero cerdo ese General, hasta una envoltura de plástico se comió ese día. Como difícilmente alguien puede obligar a una persona a tragarse montón de porquerías, se puede afirmar sin temor a equivocación, que no existe delito en la muerte del General.

Al hacer esta última afirmación, se quedó mirando al Dr. de Ávila.

René sonrió.

Una especie de exclamación de desencanto invadió la sala. ¿Todo había sido un engaño de René?
Aún se insistió:

-René, el Teniente declara que no hubo delito, con eso te exonera de culpa alguna. ¿No deseas declarar algo?

-Si no hay culpa, no existe culpable alguno y en ese caso, resulta ilógico que el Teniente exonere a nadie. Nada tengo por declarar. Más bien me gustaría preguntar: mañana es Nochebuena, ¿habrá reunión?

Nochebuena
Hubo reunión aunque fue vespertina. Como es tradición compartir la cena del veinticuatro con la familia, únicamente fuimos a tomar una bebida. O mejor dicho, esa fue la intención original. La realidad fue muy distinta.

El Teniente, al llegar, se encaminó directamente hacia donde se encontraba René.

-René, te solicito, es decir, te exijo oficialmente, y en este caso el significado del término "oficial", indica simplemente "ante la presencia del Dr. Alonso", me entregues el salero empleado la noche del jueves.

El Dr. de Ávila no se inmutó.

-Te será entregado inmediatamente, esto es, siempre y cuando expliques la razón de tal exigencia.

-Te acuso formalmente ante esta concurrencia, aún cuando me reservo el derecho de hacerlo ante la autoridad, de haber contribuido a la muerte del General Tapia.

Todos nosotros nos cimbramos. René mantuvo la calma.

-¿Puedo saber en qué se basa tal acusación?

-Por supuesto, Hasta esta mañana no lo supe. Pasé prácticamente toda la noche sin dormir con la sensación de que había sido vencido, no con la de que no había habido delito. El hecho de que ayer te hubieses negado a comentar nada y simplemente te hubieses limitado a mencionar que faltaba un día para Navidad, me confirmaba tal sensación. Sin embargo esta mañana decidí repasar todo lo ocurrido en estos cinco días y recordé la declaración del médico forense después de la autopsia en el sentido de que había encontrado cosas poco digeridas dentro del General. Yo había estado sugestionado por anteriores experiencias en las que un asesino hace ingerir a su víctima un veneno, una sustancia que por sí sola mata. Ese fue mi error, esperar un veneno y creer que tu estrategia era sicológica. Hasta hoy razoné que un Dr. en Ingeniería Química como tú, sabiendo tanto sobre sustancias químicas y además, teniendo acceso a ellas, bien podría hacer ingerir al General algo que, sin poder mortífero autónomo, lograse anular la digestión. Yo no conozco apenas de química, pero no dudo que seas capaz de desarrollar una sustancia así, ya que tu inteligencia es reconocida mundialmente. Esa sustancia está en el salero. Todo concuerda y después de hacer analizar el salero, habré resuelto el caso.

-No todo Teniente -dijo Carlos-, ¿no mencionaste que el forense no encontró ninguna sustancia extraña?

-Nada que pudiera matar por sí mismo. Quizá por esto no llamó la atención. O quizá esta sustancia fue eliminada por el cuerpo luego de actuar. Esto lo sabré luego de analizar el salero. Dr. Alonso, ¿me lo permite?

Me volví hacia René.

-Adelante, el Teniente tiene derecho.

-Acompáñame -le dije al Teniente encaminándome a la puerta.

Junto a la puerta el Teniente se volvió.

-No estoy seguro de denunciarte René, me interesaba aclarar el caso, no necesariamente apresar al culpable. Los familiares del General no sospechan que hubo asesinato y creo que se alterarían muchas cosas si hacemos pública la verdad.

René sonrió serenamente.

Una vez en mi casa, saqué el salero de la caja fuerte y se lo entregué.

-El analista de la Policía me espera junto con un médico especialista en digestión. Ellos me ayudarán a concluir el asunto.

Se fue corriendo y yo regresé a Casa de Peraza. Reinaba el mayor silencio. No parecía ser Nochebuena.

La mayoría se marchó. Tenían el compromiso de pasar Nochebuena con sus respectivas familias. Yo me quedé. Ansiaba conocer el desenlace del episodio del salero. Por primera vez observé a René inquieto. Al parecer lo había derrotado el detective. ¿No ocurre así en todos los relatos policíacos?

Faltaba muy poco para la medianoche cuando reapareció el Teniente. Los únicos presentes éramos Peraza, su esposa, René y yo.

-¿Era sal común? -preguntó Peraza a quemarropa.

-No -contestó inmediatamente el Teniente. Se colocó frente a René y le preguntó-. ¿Por qué cloruro de litio?

René lo miró fijamente antes de contestar.

-Seguro estoy de que ya investigaste todo acerca del cloruro de litio, pero en fin... Mi médico me recomendó hace tiempo una dieta pobre en contenido de sodio. No en forma imperativa, pero mientras pudiese evitar la sal común... Por eso siempre porto conmigo un salero con cloruro de litio, que es el sustituto más adecuado del cloruro de sodio o sal común. Como ya lo debes saber, es totalmente inofensivo y NO provoca indigestión.

El Teniente respiró profundamente y en su expresión se adivinaba la aceptación de las palabras pronunciadas por René.

-Así es caballeros. El cloruro de litio es totalmente inofensivo. Mi hipótesis por tanto, resultó falsa. Ante ustedes presento mis más amplias disculpas al Dr. de Ávila.

En esos momentos llegó la medianoche. Se alivió un poco la tensión mientras intercambiamos los tradicionales abrazos. El momento culminante fue cuando el Teniente y René quedaron frente a frente. El titubeo duró sólo unos segundos.

-¡Feliz Navidad, Teniente!

-¡Feliz Navidad, René!

-¡Qué mejor momento para dar por terminada esa estúpida apuesta! ¿Qué dices Teniente?

-Por mí, jamás existió.

Navidad
Al día siguiente me presenté en casa de René. Una idea me rondaba por la cabeza. Inocente o culpable, no podía dejar que René se quedara sin escucharme, sin que debatiéramos su extraña idea del organismo humano universal.

-René, creo que ganaste esa apuesta, pero tengo que decirte que estás mezclando dos cosas distintas, estás tomando una teoría con el organismo humano y...

René, que frecuentemente se distraía, pensó que estaba hablando de química y me interrumpió.

-¡La teoría de la catálisis y el cuerpo humano! ¡Lo descubriste! Por favor sé discreto. Sí, por un momento creí que el Teniente me descubriría, pero le faltó dar un pequeño paso. El cloruro de litio es inofensivo, a menos que ejerza una función como catalizador y además, que exista la sustancia a la cual catalizar. Todos comimos de mi sopa ese día. El monómero (el componente básico a partir del cual se forman moléculas plásticas) que puse en ella estuvo en todos los estómagos, sin embargo la sal de litio que actuó como catalizador en la reacción de polimerización, sólo la consumió el General. Resultado: un buen trozo de sustancia plástica que inhibió la digestión. Supongo que al Teniente le extrañó un poco que el forense encontrara una envoltura de plástico al hacer la autopsia, pero nunca razonó que se había formado en el estómago.

Al revelarme la verdad, quedé mudo y prácticamente olvidé todos los argumentos que llevaba para discutir con él. De hecho, sabiendo con seguridad que había asesinado a una persona, se hacía urgente hablarle sobre su salvación, pero en ese momento simplemente no pude hacerlo. Me retiré de momento, aunque sabía que tarde o temprano, Dios, no yo, lo convencería de su error.

Fui la única persona que conoció la realidad y si me atrevo a exponerla, a varios años de distancia, es por el fallecimiento del Dr. de Ávila. Asunto que trataré más adelante.

miércoles, diciembre 10, 2008

Cinco Días para Navidad

Aprovechando la época, que tenemos más tiempo para leer y escribir, pensé en publicar un pequeño trabajo de ficción que pretende convertirse en una serie de doce casos, si es que tiene aceptación. Debido a su extensión, está separado en dos partes. La conclusión vendrá en una o dos semanas.



La Apuesta
Cuando mi gran amigo, el Doctor en Ingeniería Química, René de Ávila, interrumpió la perorata del Teniente Castillo, no hizo sino proyectar las intenciones de todos los asistentes a la reunión semanal de nuestro selecto grupo de ex-compañeros estudiantiles. Y es que el Teniente, personaje bien dotado para el dudoso "arte" de la oratoria, llevaba más de una hora atosigándonos con los pormenores de sus últimas capturas policíacas, llenas todas de formidables deducciones detectivescas, tiroteos, heridos, sangre, emoción y en fin, una gama completa de acción novelesca, narrada en términos nada técnicos, para que neófitos como nosotros pudiésemos comprender las vicisitudes a que se enfrenta un jefe de detectives.

-Mi querido Teniente, disculpa que te interrumpa, pero ¿no estás exagerando la nota al vanagloriarte tanto por haber atrapado a unos cuantos "pillastres"?

-¿Unos cuantos "pillastres"?

Todos conocíamos el carácter irascible del Teniente, incluido René, y sabíamos perfectamente que luego de la sorpresa vendría la tormenta. ¿Cómo la afrontaría? Cesaron las demás actividades y todos quedamos expectantes del duelo verbal que se avecinaba.

-No entiendo qué quieres decir y será mejor que te expliques.

-Lo único que pretendo expresar es mi cansancio por tus poses presuntuosas fuera de lugar. Todas esas aventuras con las cuales nos has estado hartando, han sido originadas por personas incapaces de adaptarse al medio, gente que no tuvo educación y no pudo obtener un empleo, alcohólicos y fármaco dependientes minados seriamente en sus facultades mentales. Todos ellos delinquieron por necesidad. No representa ningún mérito el atraparlos. O bien carecían de planes para sus delitos, o esos planes eran demasiado burdos, tratando cuando mucho de mantener en el anonimato la identidad del delincuente y no la del delito.

-Hablas de cometer delitos por necesidad. ¿Es que acaso alguien lo hace por gusto?

-Por gusto, no lo sé, pero existe otra posibilidad: por poder. Los delitos cometidos por la mafia o la política pueden caer en esta clasificación. Ellos podrían ser mejores contrincantes para tus dotes detectivescas. ¿Por qué no atraparlos?

El Teniente sonrió levemente.

-¡Cierto! -continuó René sin esperar realmente una respuesta verbal-. Estoy de acuerdo contigo. Por culpa de intereses creados y de poderosas fuerzas ocultas, no puedes arrestar a ciertas personalidades, pero, por favor, no te pavonees de atrapar a un pobre diablo que por tener el estómago vacío, se vio precisado a asaltar una salchichonería cubriéndose el rostro con una media.

El Teniente quedó silencioso, con cierta indefinible expresión en su rostro. La concurrencia, saboreando aún las palabras de René, aguardaba la inminente retirada del Teniente. Aún cuando sus aventuras no habían sido nada sencillas, René las había minimizado tan hábilmente, que difícilmente hubiera podido rebatirse algo.

El Teniente no se retiró, sino que dijo:

-¿Acaso un Doctor en Ingeniería Química sería un mejor contrincante para un detective?

René pareció sorprenderse un poco antes de contestar:

-Seguramente que sí.

-¿Se avendría el Dr. de Ávila a demostrar con hechos el tan bello sermón que me acaba de endilgar? Creo que no es difícil hablar sobre la teoría de los delitos, pero para atreverse a salir de la ley, hay que tener cierta fuerza de carácter. Reconozco que yo hablo mucho, pero nadie puede negar que lo hago "después" de la acción, del arresto. Tú, mi estimado amigo, estás diciendo que cometer un delito no es complicado para una mente instruida, pero tú jamás has cometido ningún delito. Tú estás hablando "antes" de la acción.

Esta vez René quedó callado.

-Te reto a demostrar tus palabras, te reto, por ejemplo, a robar un banco y quedar impune.

Los papeles se habían trocado. Era ahora el Teniente quien ostentaba una sonrisilla de triunfo y la concurrencia aguardaba el pretexto que pondría René para eludir el reto.

La sorpresa fue mayúscula al escuchar la respuesta.

-¡Acepto Teniente! Acepto el reto.

El salón se llenó de voces.

-¡Acepto! -la voz de René acalló las demás-, pero debemos estipular ciertas reglas.

-¿Existen reglamentos para robar? -el tono del Teniente era francamente burlón.

-Primero: acepto el reto, más no para robar un banco, sino para cometer un delito, sin especificar desde ahora cuál exactamente. Eso sería proporcionar demasiadas facilidades.

-Mientras el delito no sea robar fruta de un supermercado...

-El delito deberá ser uno que amerite más de 5 años de cárcel.

-De acuerdo.

-Segundo: únicamente tendrás cierto tiempo después del delito para atrapar al culpable, luego del cual podré confesar ante esta concurrencia mi delito y tú serás responsable de mi completa libertad. Así que menciona desde ahora cuánto tiempo necesitas.

-Me bastan cinco días.

-Ya estamos de acuerdo entonces. Caballeros -René se volvió a todos nosotros-, ustedes son testigos de la apuesta. Yo cometeré un delito antes del fin de año que amerite una pena mayor a los cinco años de cárcel. Desde el momento que se estipule la señal, el Teniente tendrá cinco días para demostrar las dotes detectivescas que tanto nos presume. Si él vence, pagaré mi fanfarronada en la cárcel, pero si pasan los cinco días sin haber motivo para acusarme, conservaré la impunidad aún cuando confiese mi delito.

El Dr. de Ávila y el Teniente Castillo se estrecharon las manos, sellando así la apuesta.

Los Personajes
Nuestras reuniones de ex-alumnos se celebraban todos los viernes por la noche en el domicilio de nuestro buen amigo Peraza. Es pertinente mencionar el sistema que imperaba en tales reuniones, más que nada para que el lector pueda entender algunos aspectos de este relato.

Para poder disfrutar de una buena cena, sin afectar gravemente ni el bolsillo de nuestro anfitrión, ni el tiempo de Juanita, su soporte doméstico, cada uno de los asistentes llevaba un platillo listo para ser calentado (en su caso) y servido. De esta forma, con poco esfuerzo y bajo costo, todos los viernes teníamos un variado menú.

Otro punto que conviene aclarar es el origen de dichas reuniones. Todos los comensales fuimos compañeros de primer semestre de la carrera de Ingeniería Química en la Universidad Nacional Autónoma de México. Se hizo costumbre una pequeña reunión los viernes para descansar de los estudios y platicar en forma relajada. La reunión prácticamente se mitificó y perduró por años, aún cuando varios compañeros habían abandonado la universidad (entre ellos el Teniente Castillo) y otros se habían ausentado por años al irse a estudiar al extranjero (como el caso de René).

En particular, el Teniente Castillo había abandonado los estudios al fallar repetidamente varias asignaturas. Con el tiempo, y gracias a ciertas influencias (estamos hablando de una época en que en México se podía acceder al poder y al primer círculo de la política gracias a las relaciones personales), el Teniente logró su rango (ingresó al ejército recién abandonó la universidad) y su puesto como Jefe de Detectives. Sin embargo, el Teniente gustaba de asistir a nuestras reuniones y presumir, cada vez que podía, lo mucho que ganaba (más que cualquiera de nosotros) sin necesidad de su título como Ingeniero Químico.

René era la contraparte. Siempre las más altas calificaciones, siempre poniendo en aprietos a los propios profesores por sus preguntas atinadas y siempre demandando mayor profundidad en cada tópico. Nunca nos sorprendimos cuando obtuvo beca en Francia para cursar el doctorado, ni cuando lo consiguió con honores en un tiempo récord. Cuando regresó a México obtuvo un puesto como Investigador en Jefe en el Instituto de Investigaciones Nucleares. Una personalidad así, es fácil de imaginar, carece de mucha vida social. Soltero para todo fin práctico (aunque había contraído matrimonio tiempo atrás, su esposa lo había abandonado cuando se dio cuenta que René vivía en un mundo de ecuaciones y fórmulas) éramos nosotros sus únicas amistades.

Yo había sido en lo particular su compañero de trabajos y proyectos durante la universidad y era lo más cercano a ser su confidente, aún cuando diferíamos mucho en nuestra perspectiva de la vida. Chocábamos principalmente en el aspecto de la fe. Yo era un cristiano nacido de nuevo, mientras que René era un ateo redomado. Muchas veces pensé que lo podría convencer de la existencia de Dios y de que Jesús era el Cristo, pero cada vez me topé con argumentos inteligentes y preguntas complicadas que, lo confieso, me dejaban sin palabras. En tales ocasiones sentía que le fallaba a Dios, pero sabía que la lucha no era mía y que en tanto René no se cerrara a hablar del tema, existía la esperanza de su conversión. Tarde o temprano, aún la inteligencia formidable de René, cedería ante la fuerza del Evangelio. El asunto de la apuesta no parecía ayudar en esta misión, pero de alguna manera, en el fondo de mi ser, confiaba en que todo serviría para bien.

El General Tapia
Después de la apuesta, las reuniones de los viernes se volvieron concurridísimas. Todos teníamos una gran curiosidad por saber si René de Ávila sería capaz de infringir la ley, o si todo quedaría en palabras. Obviamente la concurrencia rodeaba a los dos "contrincantes" y mientras por un lado el Teniente alardeaba sobre el férreo carácter que debería poseer un delincuente en potencia, el cual no concordaba con el del Dr., el propio Dr. procuraba eludir el tema.

Al aproximarse la Navidad, gracias a la natural disminución de actividades en las industrias, nuestras reuniones aumentaron de frecuencia. Así, nos encontramos en plena tertulia un jueves por la noche. En tal ocasión había una gran cantidad de invitados extra y el tema de la apuesta estaba ausente de las conversaciones.

Entre los invitados destacaba el General Tapia, superior del Teniente Castillo, personaje importante en la política mexicana de la época, aunque con sobrada fama de corrupto.

La mayor parte de la velada la pasó el General Tapia explicando sus tribulaciones con la prensa. Que tal reportaje había sido falso porque en su vida había aceptado sobornos, que jamás había tomado fondos públicos para edificar su casa, y así por el estilo, una infinidad de mentiras que los periodistas, "incomprensiblemente", levantaban en su honor.

Todos nosotros estábamos incómodos escuchándolo, incluyendo al Teniente Castillo, el cual, debo decirlo, así como mencioné que era presuntuoso, me constaba era completamente honrado y no comulgaba con los oscuros manejos de su superior.

Cuando llegó la hora de la cena, el Dr. de Ávila se aproximó al General.

-Convengo con usted General, en que la prensa, hoy en día se ha vuelto más sensacionalista que objetiva, pero creo que debemos continuar la conversación en la mesa. La cena está a punto y por lo que pude observar, hoy el arte culinario afloró en toda su magnificencia. Espero me haga el honor de compartir mi mesa con el Teniente Castillo y el Dr. Alonso.

Había mucho de extraordinario en esta intervención de René. Era por todos conocido su desprecio por los personajes corruptos, principalmente por el General Tapia, y el hecho de dirigirse a él con tal cortesía, hacía presagiar algo interesante. Me sentí satisfecho, si bien un poco sorprendido, de poder seguir de cerca la conversación. Había en la velada personajes de mayor peso político que yo y el que René me hubiera seleccionado para estar en la mesa del General, no dejaba de intrigarme.

Nos sentamos a la mesa y mientras Juanita escanciaba el vino, René le pidió que sirviera la sopa bien caliente.

-Pruebe la sopa, General. Es una receta novedosa que me proporcionaron.

-Es raro René, normalmente acostumbras traer tú el postre -dijo el Teniente.

-Y deberás reconocer que todos mis postres son una delicia.

-Lo admito, así como también admito que hoy lo echaré de menos. ¿Por qué la sopa?

-Diversificación mi estimado Teniente, no deseo ser un especialista en postres y un principiante en los demás platillos. Pero aquí está ya la sopa. ¡Bravo Juanita! Esta es la temperatura ideal para una buena sopa.

-Huele bastante bien.

-¡Adelante caballeros! -exclamó René hundiendo la cuchara en su propio plato.

Todos hicimos lo propio y para ser sinceros, mi opinión tras probarla, fue la de que René debía regresar a los postres. Al observar los rostros, me pareció que era opinión unánime, aunque por delicadeza no se expresó en voz alta. René se achicó un poco.

-Me parece que está un poco desabrida -dijo-. Un poco de sal mejorará la situación. Afortunadamente -hurgó en el bolsillo interior de su saco-, siempre tengo a la mano un salero.

Mostró un pequeño salero muy estilizado. Quitó la tapa y lo pasó al General.

Yo hice un esfuerzo por dominar mi sorpresa, aunque la descubrí muy clara en el rostro del Teniente Castillo. En todo el tiempo de conocer a René, y era bastante, nunca supimos que él portase un salero, por el contrario, poseía fama de emplear muy poca sal en su comida.

Luego de verter una generosa cantidad en su plato, el General pasó el salero al Teniente, sentado a su derecha. El Teniente lo tomó, pero René evitó que lo usara.

-Teniente, usted no debe emplear el salero, recuerde su presión arterial. La sal daña su salud.

-Pero un poco...

-Lo siento Teniente, no deseo ser culpable...

Tomó suavemente el salero de la mano del Teniente y se volvió hacia mí.

-Dr., me parece que usted no acostumbra la sal. ¿No es así?

-¿Eh? Tomaré así la sopa -expresé un poco nervioso. La verdad es que sí deseaba usar sal, pero no me atreví a contradecir a René.

Sin usarlo, René lo colocó junto a su plato.

-General, nos estaba contando sobre su casa de la costa. La prensa menciona que su valor rebasa los ingresos de un Jefe de Policía. ¿Es cierto?

-Por supuesto que no. Están exagerando en todo. Mire, el terreno lo obtuve...

El General Tapia regresó a su locuacidad y los otros tres comensales no tuvimos más que comer y escuchar. Sin embargo yo me sentía desasosegado por el episodio del salero y sabía que el Teniente también lo estaba. Había sido evidente cómo René había permitido sólo al General usar la sal. ¿Qué pretendía René?

Pensando en esta pregunta dejé de prestar atención al monólogo del General, el cual, por cierto, no pareció darse cuenta, ni de la maniobra de René, ni de la inquietud del Teniente y mía. Por su parte, René continuó comiendo atendiendo vivamente al General.

Al concluir la cena y levantarnos, el Teniente se dirigió a René.

-Mi estimado René, me llama la atención la buena hechura de tu pequeño salero. Es una bella pieza. ¿Sería demasiado abuso el pedírtelo como obsequio, o por lo menos en préstamo para adquirir uno similar?

Me pareció una buena estrategia del Teniente para sondear el objetivo de las raras actitudes de René.

-Lamento no poder obsequiártelo, le tengo cierta estima, pero yo mismo te conseguiré uno similar. No, no creas que es una molestia para mi -dijo anticipándose a la réplica del Teniente-. Incluso, para garantizar la similitud, vamos a pedirle al Dr. Alonso que guarde este salero y lo tenga a la mano para compararlo con otros modelos. ¿Estás de acuerdo?

-Es demasiada amabilidad de tu parte y lo agradezco. General, lo acompaño a su auto.

Tomé el salero sintiéndome un poco como árbitro en una contienda y me lo llevé a casa para depositarlo en la caja fuerte.

La Noticia
Al día siguiente, viernes 19 de diciembre, también tuvimos reunión, aunque estábamos únicamente los comensales habituales. La nota interesante fue un inesperado mutismo del Teniente, quien se pasó la mayor parte del tiempo leyendo o escuchando conversaciones. Aún cuando le hacían preguntas, contestaba con un par de palabras y volvía a caer en el silencio. ¡Una actitud asombrosa! Mantuvo esa conducta hasta cerca de la medianoche en que recibió una llamada telefónica.

Fue evidente la palidez que cubrió su rostro al contestar. La tensión inmediatamente se comunicó entre todos nosotros y aguardamos en silencio las palabras del Teniente cuando, luego de colgar, se aproximó:

-Hace unos momentos falleció el General Tapia.

Difícilmente una explosión hubiera podido causar mayor asombro que esa noticia.

-¿Cómo fue? -logró preguntar alguien.

-Murió en su casa, al parecer de un ataque cardiaco.

El Teniente dirigió la mirada a René y como si hubiese mediado una orden, todos hicimos lo propio.

Con expresión indiferente, René al sentirse observado, miró su reloj y dijo:

-Lo siento por su familia, ocurrir esto faltando sólo cinco días para Navidad...

En ese momento eran las cero horas del día 20 de diciembre.

Continuará...

miércoles, noviembre 19, 2008

Obama: El Primer Presidente de Color de los Estados Unidos

La Noticia:
Los números de la encuesta de salida National Election, basados en entrevistas con votantes muestran que Mr. Obama tuvo éxito en movilizar a sus simpatizantes clave… Mr. Obama ganó 95% del voto negro, comparado con solo 4% de McCain… Un grupo que Mr. McCain mantuvo fueron los cristianos evangélicos, quienes conforman aproximadamente una cuarta parte del electorado… Este grupo votó 3 a 1 por los Republicanos a pesar de los esfuerzos de Mr. Obama por alcanzar a los grupos religiosos… (news.bbc.co.uk)

Comentario:
Los blancos por mucho tiempo menospreciaron, no solo a los afroamericanos, sino a otros grupos étnicos como los nativo-americanos o los hispanos, sin embargo los tiempos cambian y si bien no se puede decir que el factor racial fue el que determinó el triunfo de Obama, tampoco puede descartarse como elemento clave. Algunos blancos votaron por él quizás sólo para demostrar que no existe racismo (aunque si así hubiera sido, eso probaría lo opuesto) y la votación de los afroamericanos fue abrumadora a favor de Obama. Obviamente no se pueden minimizar otros factores que afectaron adversamente a los Republicanos como la crisis financiera y la guerra en Irak, pero pocos dudan que el color fue importante.

En cualquier caso no deja de ser sorprendente, considerada la historia, que exista un hombre de color en la Presidencia del país más poderoso del mundo. Hace apenas 40 años Martin Luther King pronunciaba un discurso en que visualizaba la coexistencia de los hombres de color hombro a hombro con la mayoría blanca. Obama representa la destrucción definitiva del mito de la superioridad del hombre blanco.

Llegó Obama al poder en un tiempo en que Luther King hubiera probablemente alcanzado a presenciar de no haber sido asesinado. Pero, ¿estaría un verdadero creyente como Martín Luther King feliz de ver a Obama como presidente?

Recordemos que Obama ha mostrado predisposición a favorecer el aborto y el homosexualismo, entre otras tendencias liberales. Luther King era un hombre de color, pero también un ministro bautista. ¿Qué hubiera pesado más en su ánimo? ¿El color de la piel o sus principios religiosos?

El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos (Daniel 2:21).

Debemos, por supuesto, entender que es Dios quien permite a los hombres llegar al poder. Obama está ahí porque Dios lo está permitiendo. ¿Por qué? Es difícil conjeturar los motivos de Dios, pero quizás como una especie de retribución por la forma de vida del pueblo americano. Un pueblo que tiene a Dios en su moneda, pero que ya ha impedido las oraciones en las escuelas. Un pueblo que jura sobre la Biblia, pero que ya permitió que se jure también sobre el Corán. Un pueblo con grandes predicadores y misioneros, pero que ya se ha abierto a prácticas esotéricas y otras prácticas paganas. En pocas palabras, Dios está permitiendo que llegue un presidente acorde a su estilo actual de vida, acorde a lo que hoy pide la mayoría de la gente.

¿Quiénes votaron por Obama? ¿Quiénes lo pidieron como gobernante? El 54% de los católicos, el 45% de los protestantes (luteranos, anglicanos, calvinistas) y el 24% de los cristianos evangélicos.

Lo que dice la Biblia:
Y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Dios. Y dijo Dios a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos (1Samuel 8:5-7).

La buena noticia es que Dios puede tocar el corazón de Obama para hacer lo bueno. La Biblia tiene varios ejemplos de gobernantes que estaban apartados de Dios, pero en un momento clave escucharon su mensaje y cambiaron su actitud: El Rey de Babilonia Nabucodonosor (Daniel 2:46-47), El Rey de Persia Ciro (2 Crónicas 36:23), el Rey de Nínive (Jonás 3:5-9)… Si ellos escucharon la Palabra de Dios, todo gobernante podría hacerlo.

Obama se proclamó como líder del cambio, oremos porque los cambios se den en la dirección donde reside el verdadero bienestar del pueblo.

jueves, noviembre 13, 2008

Ahorro

Un centavo ahorrado es un centavo ganado,
Benjamín Franklin

Pocos pueden negar la gran verdad encerrada en esta frase de Benjamín Franklin, pero quizá muchos prefieran ignorarla, no escucharla o descartarla con argumentos del tipo: “Un centavo no me hará ni más pobre ni más rico,” “Franklin no tenía mis gastos,” “Sus hijos no comían como los míos,” etc. Antes, de que se autosugestione que no puede ahorrar, revisemos la definición.

Según el diccionario de la Real Academia Española, ahorro es…
1) Guardar dinero como previsión para necesidades futuras.
2) Evitar un gasto o consumo mayor.
3) Dar libertad al esclavo o prisionero.

Y en contraste, despilfarro es…
1. Gasto excesivo y superfluo.

Estamos manteniendo una acepción que se antoja anticuada para quien lee el diccionario, pero que enfatiza enormemente las características del ahorro: Dar libertad al esclavo o prisionero. Se podría argumentar que ese significado es obsoleto y sin aplicación hoy en día, pero reflexionemos otra vez. ¿No nos convertimos acaso en prisioneros de las deudas cuando gastamos más de lo debido? ¿No sudamos y nos estresamos cuando se acerca la fecha límite de pago de la tarjeta de crédito, de los almacenes, del banco? Hay quien espera para salir por la mañana hasta que el vecino se aleja para no encontrarse con él porque le debe dinero. Ciertamente es una forma de esclavitud de la que el ahorro podría liberarnos.

El ahorro se refiere entonces a la administración adecuada de los recursos, ganados con diligencia, cuidando lo que poseemos y gastando con mesura. Todo comienza con el trabajo, ya que sin ingresos, no existe nada que se pueda ahorrar (claro que si usted es de los que heredaron una fortuna y no necesita trabajar, salte este párrafo y continúe leyendo en el siguiente). Mira la hormiga, perezoso, observa sus caminos y sé sabio: Ella, sin tener capitán, gobernador ni señor, prepara en el verano su comida, recoge en el tiempo de la siega su sustento (Proverbios 6:6-8). El trabajo es una bendición y no una maldición como algunas personas, quizás tratando de parecer simpáticos, insisten. De hecho, se trabajaba en el paraíso. Mire lo que dice Génesis inmediatamente después de la creación del jardín del Edén y del hombre: Tomó, pues, Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara (Génesis 2:15). Al salir del Edén cambiaron las condiciones y había que ganar el pan con el “sudor del rostro” (Génesis 3:19), pero lo malo no era el trabajo, sino el entorno que ya no era un jardín y que estaríamos en medio de personas alejadas de Dios. Cuidemos diligentemente nuestro trabajo.

Una vez ganado el pan con el sudor de la frente, debemos economizar con regularidad. El fin del ahorro no es acumular riquezas, sino preservar los recursos para fines prioritarios (comprar una casa, un auto, pagar la universidad de nuestros hijos), planeados o no (debemos tener dinero disponible en caso de una enfermedad, de una emergencia, etc.)

Y debemos gastar con mesura. Aquí conviene evaluar toda compra significativa, frenarse para no comprar por impulso (quizás lo más difícil, sobre todo cuando pasamos nuestros fines de semana en los centros comerciales en lugar de ir de día de campo) y estar conscientes del valor real de los productos para evitar sorpresas y/o abusos.

Ahorrar es difícil en estos tiempos en que prácticamente nos ruegan que aceptemos tarjetas de crédito bancarias y de diversos almacenes, en que existen cajeros automáticos en cada tienda, en que nos muestran catálogos nuestros vecinos, amigos y aún en los aviones, en que por TV sólo necesitamos marcar un número telefónico, o que por Internet sólo tenemos que dar un clic en el ratón. Si además, ahorrar no ofrece una recompensa inmediata como la ofrece la compra, de verdad que se requiere fe para no perder de vista las ventajas del ahorro. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1) Y la fe es una de esas virtudes que escasean hoy en día.

Cuando vayamos de compras deberíamos tener presente la diferencia entre hambre y apetito. El hambre se satisface cuando comemos, el apetito no. Lo mismo ocurre cuando evaluamos comprar lo necesario y lo deseado. Cuando compramos lo que necesitamos, quedamos satisfechos, cuando compramos lo que deseamos, nuestros deseos se incrementan y se desea algo de mayor precio o calidad. ¿Podremos deslindar lo necesario de lo deseado?

Conviene entonces decidir qué vamos a comprar antes de ir de compras para evitar que nuestros deseos nos tiendan una trampa. Debemos evitar a toda costa comprar por impulso y sobre todo resistir esas ventas bajo presión (“¡Gran oferta, pero sólo hoy!”, “12 meses sin intereses”, etc.) Si no tiene real necesidad de lo que está en oferta, sólo presionará su presupuesto.

Lo que dice la Biblia:
Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; más el hombre insensato todo lo disipa (Proverbios 21:20).

Esta cita habla claramente del ahorro. Los créditos fáciles hacen que la gente viva al borde del precipicio, con los nervios alterados. Sea sabio: ¡ahorre!

miércoles, noviembre 05, 2008

Cumple 113 Años el Hombre más Longevo del Mundo

La Noticia:
El japonés Tomoji Tanabe, el hombre más longevo del planeta, cumplió 113 años en su casa en el sur de Japón, donde aseguró que "se encuentra bien y feliz"… "Me encuentro bien. Como mucho", indicó a la prensa extranjera en su casa, a 900 kilómetros al sur de Tokio… Tanabe, reconocido por el Libro de los Guinness de los Records Mundiales, come sobre todo vegetales y cree que la clave para vivir mucho tiempo es no beber alcohol… La población japonesa está entre las más longevas del mundo. En total, 36 mil 276 personas superan la edad de 100 años en la actualidad, indicó un informe del gobierno publicado la semana pasada… Las mujeres japonesas encabezan desde hace 23 años el índice de longevidad, mientras que en el caso de los hombres la mayoría de los más viejos se encuentran en Islandia y Hong Kong… (reforma.com)

Comentario:
Yo sé que no se puede establecer una relación de causa-efecto con uno, o unos pocos casos, pero me encanta la declaración de este japonés sobre lo que piensa acerca de que la clave para vivir muchos años es no beber alcohol. Aunque sea complicado demostrarlo científicamente, ¿no valdría la pena arriesgarse a vivir unos años más dejando la bebida?

(Autor: Haz tu trabajo. ¿Cómo suena mejor? “… ¿no valdría la pena arriesgarse a vivir unos años más dejando la bebida?” o “… ¿no valdría la pena arriesgarse a dejar la bebida para vivir unos años más?”)
(Editor: Ninguna de las dos. Hay que evitar las expresiones en negativo. Confunden.)
(Autor: Suena elegante y mis lectores han demostrado no confundirse.)
(Editor: Si son “tus” lectores, están confundidos por definición.)
(Autor: ¿Quién es el negativo?)

Lo que sí parece ser cierto, pocos se atreverán a negarlo, es la existencia de una asociación entre el número de años de vida y la disciplina en la vida diaria. Una buena alimentación (vegetales sin alcohol, dice la noticia), ejercicio, poco estrés y risa (digo yo) y una relación personal con Dios (dice la Biblia), parecen ser los elementos de una larga vida.

Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. (Deuteronomio 34:7)

Moisés fue de las pocas personas en la Biblia que tuvo una relación cercana con Dios y vivió al límite. Sus ciento veinte años fue la edad máxima que Dios decretó cuando la maldad apareció en la tierra. Antes del diluvio encontramos edades sorprendentes: Adán vivió 930 años (Génesis 5:5), su hijo Set vivió 912 años (Génesis 5:8), etc. El récord en la Biblia lo tiene Matusalén que vivió 969 años (Génesis 5:27). Ante eso el récord Guinness de 113 del japonés, palidece.

Lo que dice la Biblia:
Y dijo Dios: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; más serán sus días ciento veinte años. (Gen 6:3)

Esto aconteció un poco antes del diluvio (ya Noé había nacido), cuando Dios percibió que la maldad del hombre aumentaba y decidió acabar con él, salvando sólo a Noé y su familia. Es de notar que Noé vivió 950 años (Génesis 9:29), o sea que Dios no hizo retroactiva ni inmediata la regla de los ciento veinte años, ya que las siguientes generaciones fueron viviendo progresivamente menos, 500, 400, 300 años, hasta llegar a los 175 de Abraham, los 147 de Jacob y los 120 de Moisés.

Si en la actualidad no llegamos a los 120, no es porque no se pueda, sino por el abuso que hacemos de nuestros cuerpos, la maldad que existe en la tierra (que provoca violencia y homicidios) y las enfermedades. No es el momento para aventurar teorías acerca del origen de las enfermedades, ni del porqué algunas personas que buscan a Dios sinceramente no sanan, pero debería quedar claro que una relación cercana con Dios, o trae sanidad a una persona, o trae la fuerza y la comprensión necesarias para vivir en plenitud los años que resten en esta tierra. Está en Dios otorgar la sanidad y librarnos de la maldad. Está en nosotros ser disciplinados y administrar con moderación nuestros cuerpos.

Buscar a Dios debería ser el propósito último en nuestras vidas, vivir una larga vida puede ser un efecto colateral positivo.

miércoles, octubre 29, 2008

Justicia

Justicia es según el diccionario, imparcialidad; representación justa de los hechos; razón fundamentada; validez; equidad. La Real Academia Española agrega una acepción exclusiva para Dios: Atributo de Dios por el cual ordena todas las cosas en número, peso o medida. Ordinariamente se entiende por la divina disposición con que castiga o premia, según merece cada uno.

La justicia tiene injerencia no sólo en el ámbito legal, sino en el ámbito personal y de hecho, es más relevante en lo personal. Debemos entender que la justicia es una expresión de responsabilidad personal que nos ayuda a mantener la integridad, tanto la de un sistema legal, como una promesa personal. La justicia es la rectitud en la vida diaria.

La idea más difundida es que la justicia se circunscribe a interpretar las leyes o reglamentos y aplicar castigo a quienes los violan. Así, generalmente, cuando escuchamos la palabra justicia, se nos viene a la mente una corte, un juez con toga y claro, un martillo. Sin embargo, sin que se interprete esto como que se pueden violar las leyes, estas no son la máxima expresión de lo que es justo o injusto. Seguir las leyes hubiera mantenido a los Estados Unidos sujetos a la corona inglesa, a Rusia en el zarismo, etc. Muchas rebeliones fueron inspiradas por la injusticia con que ciertos gobernadores trataban a su pueblo. Claro que tampoco toda revolución es justa, pero el punto es que no por definición son justas las leyes.

Existen muchas situaciones donde se podría cuestionar la justicia y sentir rebeldía, como ejemplo: ¿Es justo lo que pagamos de impuestos? ¿El arbitraje en una competencia o concurso no fue el correcto? ¿El trato recibido en ciertas instituciones fue injusto? Es difícil que nunca hayamos expresado la famosa frase “Es que no es justo.” Lo cual nos hace sentir deseos de clamar por justicia, si no es que por revancha o venganza.

Es humano el sentir coraje y frustración ante la injusticia, pero es en esos momentos que debemos recordar la última acepción de la definición. Dios es el único justo y la última fuente de justicia. La mala noticia es que ante sus ojos nosotros somos pecadores y es un tanto aberrante que quien no ejerce la justicia, la exija. Nuestras vidas personales están llenas de mentiras, promesas incumplidas, pequeños fraudes, hipocresía, etc. ¿Cómo nos atrevemos a decir que hemos sido tratados injustamente?

La buena noticia es que Dios ha creado un mecanismo para perdonarnos por el cual no recibamos lo que mereceríamos de otra manera. Si aceptamos el sacrificio de Jesucristo y lo invitamos a nuestras vidas, aparte de obtener salvación eterna, tendremos ayuda para controlar nuestro carácter y buscar la justicia a nuestro alrededor.

Ante una situación injusta, debemos utilizar los medios correctos para lograr los fines correctos. Normalmente existen canales para exponer quejas, porque no se trata de iniciar una revolución a la primera injusticia.

Lo que dice la Biblia:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad (Filipenses 4:8).

La justicia es pues, vivir con una buena conciencia lo que es puro, recto y cierto, en palabras y en hechos.

¿Qué hacer ante hechos incorrectos? Lo que debemos hacer es enfrentarnos en privado con la persona transgresora con humildad y disposición a perdonar. Una confrontación agresiva sólo empeora las cosas. Si la persona no es capaz de reconocer su mal proceder, debemos entonces acudir a la autoridad correspondiente: el superior, el dueño, el padre de familia, o incluso la policía. Encubrir es convertirse en cómplice.

¿Y qué si nos toca aplicar la justicia? Como padres debemos emplear con sabiduría la disciplina para nuestros hijos. Debemos considerar que el castigo debe ser proporcional al delito.

Si se trata de un pleito entre sus hijos, haga lo imposible por no erigirse en juez. Es una tentación grande el escuchar las versiones del conflicto, dar veredicto y dictar sentencia en minutos, castigando a uno y recompensando a otro. Intente en su lugar lo siguiente: Primero, pregunte a cada parte qué hizo mal, bajo la premisa que para que exista un pleito, las dos partes tienen al menos un mínimo de culpa. Antes de acusar a la otra parte deben reconocer su parte de culpa. Segundo, pregunte qué castigo merecen por la propia culpabilidad. Tercero, hacer que pidan y acepten disculpas (incluyendo un beso y un abrazo sinceros). Cuarto, lograda la reconciliación, indicar la disciplina correspondiente, que no debe ser perdonada ni aún después de la reconciliación. Inténtelo, dejará de ser el juez y se convertirá en pacificador.

Recuerde que Dios, como la última fuente de justicia, hizo lo imposible para que no nos perdiéramos. ¿No le debemos el introducir un poco de justicia en nuestras vidas?

lunes, octubre 20, 2008

Quiebra en Wall Street y en los Corazones de los Ejecutivos

La Noticia:
La crisis financiera de Estados Unidos quiebra bancos y corazones en la `meca´ del capitalismo. “La manera en que los cristianos respondan a la crisis (financiera de EEUU) será una evidencia de su sabiduría, coraje, integridad y compasión tanto por los poderosos como por los humildes”. De esta manera evaluó la revista Christianity Today la responsabilidad de los cristianos vinculados al principal centro financiero mundial ante a la serie de quiebras bancarias, derrumbes de cotizaciones y bancarrotas ocurridas en las últimas semanas… A. J. Rice, director ejecutivo de la firma Pomeroy Capital, recibió muchas llamadas, varias de ellas provenían de amigos del quebrado banco de inversión Lehman Brothers, que estaban angustiados por la desolación de sus colegas. Uno de ellos le dijo: “Nunca vi hombres grandes llorar de esa manera”… (protestantedigital.com)

Comentario:
Uno de los temas que más tocó Jesús durante su ministerio fue el dinero, sin duda porque percibió el gran daño que puede provocar en la vida de una persona. Si bien es cierto que el tener dinero no es malo en sí, ya que el dinero sirve para la adquisición de comodidades, también es la fuente de muchos sinsabores y tragedias. El dinero realmente carece de valor si ampliamos nuestra perspectiva de lo que es la vida. ¿De qué sirven las riquezas en el aspecto espiritual, el aspecto físico, o el aspecto de relaciones humanas? En un contexto eterno el papel del dinero es más bien pequeño ya que las riquezas son inefectivas ante la salvación y la vida eterna. Asimismo son inefectivas en muchos aspectos terrenales. No existe un almacén donde se pueda adquirir unos centímetros extra de estatura, donde se vendan facciones diferentes, inteligencia o talento.

(Editor: Es una lástima porque estábamos haciendo una colecta en tu nombre)
(Autor: Gracias, pero estoy satisfecho con mi estatura…)
(Editor: No era por tu estatura)
(Autor: Con mis facciones…)
(Editor: Difícil de creer, pero tampoco era por tus facciones)
(Autor: Con mi…)
(Editor: No sigas porque te vas a delatar. De todos modos, no habíamos reunido mucho)

También es un hecho que el dinero no puede comprar las cosas más valiosas de la vida, como el amor o los amigos (quizás pueda adquirir compañía, más no amistad verdadera).

Y por si fuera poco, las riquezas son inciertas, como lo atestigua la noticia. Muchas de esas personas llorando estos días en Wall Street quizás no arrojaron una sola lágrima cuando firmaron su acta de divorcio o enterraron a un ser querido.

A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos. (1Ti 6:17-18)

¿Aún sigue pensando que es mejor tener dinero? Escuche esto: la riqueza puede acarrear enfermedades por alteraciones nerviosas o estrés y aún la muerte a quien es incapaz de soportar las presiones. En muchos países latinoamericanos que sufren de inseguridad pública, los ricos son seleccionados como víctimas para los secuestros.

El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia. (Eclesiastés 5:10-12)

¿No es irónico que el dinero pueda comprar una cama de alta tecnología, pero que el dueño de ella no pueda conciliar el sueño por sus ocupaciones o preocupaciones? No debemos poner la confianza en el dinero, sino en Dios. No nos equivoquemos, la fuente de la salud, el descanso, la satisfacción y la felicidad es Dios.

No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo. (Proverbios 23:1-6)

Insistimos, no es el tener dinero en sí el problema, sino el convertirlo en el objetivo de nuestra vida, en el afán diario, en otorgarle el lugar que merece Dios. Es evidente que debemos trabajar y ganar dinero para el sostenimiento de nuestra familia, pero nuestro corazón no debe corromperse en el proceso.

Lo que dice la Biblia:
Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón. (Lucas 12:34)

El diezmar es una forma de verificar en dónde está nuestro tesoro. Al obedecer el mandato del diezmo sin cuestionar su destino y con una sonrisa en los labios, mostramos las prioridades en nuestras vidas.

Debemos además ser generosos, porque muchas gentes, sobre todo en estos tiempos de crisis económica, van a tener necesidades, ya sea monetarias o de cierto consuelo. Entregar un poco de nuestro tiempo o nuestro dinero a esas personas que pierden sus ahorros o sus empleos, reflejará el amor de Dios en nuestras vidas.

El que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas. (Proverbios 11:28)

Estemos pues atentos y abramos los ojos para nunca poner nuestra confianza en la riqueza, sino en el Señor.

jueves, octubre 02, 2008

Deciden Dos Mujeres Recurrir al Bien Morir

La Noticia:
Dos mujeres fueron las primeras personas en hacer uso de la ley que permite el bien morir en la Ciudad de México… Una insuficiencia renal y un cáncer terminal, respectivamente, las llevaron a recurrir a la Ley de Voluntad Anticipada -que entró en vigor el 8 de enero pasado- para no prolongar innecesariamente su sufrimiento… Ambas fueron las primeras en suscribir un documento legal para solicitar el cese de sus tratamientos médicos a cambio de la ortotanasia, la cual consiste en cuidados paliativos que se aplican hasta la muerte, según reportó la Secretaría de Salud capitalina… Como ellas, hay otras 31 personas que ya han suscrito ante un notario público el documento de Voluntad Anticipada, aunque no padecen una enfermedad terminal, afirmó la coordinadora del programa… "Estamos ante un proceso de tipo cultural en el que la gente poco a poco se irá acercando poco a poco a conocer los beneficios", dijo… (reforma.com)

Comentario:
Existe una verdad innegable y es que todos, sin excepción, vamos a morir algún día. La ciencia médica ha hecho maravillas en algunas enfermedades para alargar las expectativas de vida y añadir días, semanas, meses, o incluso años a los pacientes. Pero la medicina, la ciencia, tiene un límite. Se sabe de algunos casos en que milagrosamente se ha prolongado la vida de pacientes donde la medicina no ha tenido nada que ver. Pero los milagros también retienen la vida terrenal hasta cierto límite. Creyentes o no creyentes, medicina o religión de por medio, todos vamos a morir eventualmente.

La noticia tiene que ver con el cómo morir. Aquí es donde existe cierto debate. Se puede acelerar la muerte (eutanasia), se puede prolongar la vida a su límite a costa del sufrimiento (distanasia), se pueden proporcionar medicinas para no sufrir, pero no hacer esfuerzos por prolongar la vida (ortotanasia), y creo que existen otras –tanasias rondando por ahí. Por ejemplo dice la Biblia en el Primer Libro de Samuel 31:3-5:

Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él.

El caso de Saúl sería de miedo-tanasia y el de su escudero de lealtad-tanasia.

(Editor: ¿Cómo puedes hacer bromas en un asunto tan serio?)
(Autor: No quiero morir de serio-tanasia)
(Editor: Si sigues inventando palabras, va a existir un autoricidio)
(Autor: ¡Esa palabra tampoco existe!)
(Editor: Pero la acción, pronto va a existir)

El caso es que eutanasia, distanasia y ortotanasia son las tres que normalmente se discuten. Como eutanasia y distanasia se consideran opuestas, la solución políticamente correcta es hablar de ortotanasia o de “morir bien.” No me asusta el concepto, pero me aterra la posibilidad de su mal uso. Si una persona en completo uso de sus facultades y consciente de su enfermedad terminal firma un consentimiento para que no se hagan esfuerzos heroicos para mantenerla con vida es una cosa. Otra es cuando las facultades mentales ya están alteradas por la propia enfermedad o incluso se está en coma. El que un representante legal tome la decisión podría prestarse a posibles conflictos. Espero que los que arman las leyes hayan considerado todos los ángulos antes de promulgar una ley al respecto.

Pero al final, no es la muerte terrena lo que debemos pelear. Es la muerte segunda la que hay que temer. De esa hay que hablarles a todos los que firman o están dispuestos a firmar un consentimiento voluntario para bien morir. Uno no debe morir sin antes ponerse a cuentas con Dios. Eso es lo verdaderamente importante.

Lo que dice la Biblia:
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
(Juan 11:23-27)

Es una decisión que hay que hacer en vida: Creer en Jesús. Nadie puede vencer a la muerte terrenal, pero todos tenemos potestad acerca del sitio donde deseamos pasar la eternidad.

miércoles, septiembre 24, 2008

Flexibilidad

De acuerdo al diccionario, flexibilidad es la capacidad para hacer reajustes necesarios, la capacidad para responder al cambio, la disposición para la apertura a nuevas instrucciones y adaptabilidad.

Todo está normalmente en constante cambio. Pocas cosas hay hoy en día que se mantengan constantes y estables por mucho tiempo: condiciones económicas de un país, situación política, tecnología, tipo de entretenimiento, forma de trabajar y hacer negocios, etc. Entonces se trata de ser flexible, de vencer la resistencia al cambio para poder sobrevivir y adaptarse en un mundo tan cambiante.

Si bien los cambios permiten que nuestra vida sea variada, también debemos reconocer que los cambios generalmente son difíciles de aceptar, incluso a nivel físico. Por ejemplo los adolescentes sufren lo que se llaman “dolores del crecimiento,” los jovencitos sufren con sus cambios hormonales, los adultos con achaques de la madurez y los octogenarios con la pérdida de sus habilidades motrices o sensoriales.

(Editor: Danos algo de tu testimonio. ¿Qué habilidad motriz o sensorial (¿o mental?) estás perdiendo?)
(Autor: ¡Yo sólo tengo achaques!)
(Editor: ¿Ya vas en reversa?)
(Autor: Me urge tener un patrocinador para poder contratar a un editor profesional)

Hablando de los cambios en las organizaciones, la mayoría de ellos son impuestos por la autoridad y también tienden a ser difíciles de aceptar. Los empleados que reciben la instrucción: “De ahora en adelante, las cosas se harán así,” tienden a quejarse y a criticar en lugar de aceptar dócilmente la modificación. Son momentos en que los comentarios negativos no se circunscriben exclusivamente a la pertinencia del cambio, sino que incluso se cuestiona a la propia autoridad: “¿Y él (ella) quién se cree que es?”, “Sólo porque es amigo (a) del director,” “No sabe nada, no sé cómo llegó a ese puesto.”

Que alguien en autoridad haya llegado a esa posición sin méritos o con méritos mínimos, no debería ser argumento para oponerse a las disposiciones que dicte. Si tenemos un jefe, por algún motivo será, y si fuera injusto, no nos toca determinarlo a nosotros, sino acatar las instrucciones de la forma más positiva posible. Al jefe le tocará responder por los resultados del cambio.

Muchos cambios son benéficos. De hecho toda mejora requiere de un cambio, si bien, no todo cambio se traduce en una mejora. Pero, por ejemplo, el aprendizaje es una forma de cambio. Crecer también implica cambiar. Así que oponerse a todo cambio en forma sistemática significa estancamiento por definición.

Aún si el cambio no resulta en algo positivo, el ser flexibles nos ayuda a sacar provecho. El gran ajedrecista Raúl Capablanca solía decir que aprendía más de una partida perdida que de cien ganadas. ¿Cómo podemos aplicar la flexibilidad para obtener algo positivo de lo negativo? Primer punto: no debemos quejarnos. Las quejas normalmente tienden a levantar malestar a nuestro alrededor, lo que generalmente conduce a contiendas y rechazo. Segundo y tercer paso: ser humildes y con paciencia, buscar comprender qué salió mal, qué errores se cometieron, o qué se podría alterar para modificar el resultado.

Flexibilidad es también reconocer que no todo va a ir acorde a los planes. Muchas veces existirá algo que los destruirá o alterará y por muy raro que suene, debemos esperar lo inesperado. Una persona flexible sabrá anticipar retrasos en un programa de actividades, entenderá que hay que estar prevenido para gastos inesperados, comprenderá los beneficios de contar con un plan B (alternativo), y además estará preparado para controlar el carácter (aceptando lo inesperado sin alterarse y manejando las situaciones sin derrumbarse). Además se debe aguardar lo inesperado con buen humor, adaptarse a la nueva situación con ánimo y en lo posible disfrutando lo nuevo, en lugar de tratar de enconcharse malhumorado en el status quo.

¿Cuándo es útil ser flexible? En todo momento. La tecnología del día hace difícil mantenerse al día y nos obliga a aprender nuevas habilidades. Las destrucciones naturales y otras tragedias nos presionan para adaptarnos, perdonar y levantar la vista nuevamente. El estrés del cambio amenaza con dañar nuestros organismos. En todas estas situaciones la flexibilidad nos ayudará a mantenernos a flote.

Lo que dice la Biblia:
No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)

Finalmente, el ser flexibles nos ayudará a aceptar la voluntad de Dios en nuestras vidas. ¿Cambió la organización de la iglesia? ¿Cambió nuestra área de servicio? O incluso, ¿nos pide Dios ir de misioneros? Flexibilidad.

jueves, septiembre 11, 2008

51 Millones de Embarazos sin Planear

La Noticia:
El Banco Mundial reportó que en el mundo se producen 51 millones de embarazos no planeados debido a que las mujeres carecen de acceso a anticonceptivos… El Banco Mundial dijo que otros 25 millones de embarazos en los países en desarrollo se producen porque los contraceptivos son mal utilizados o porque las medidas de control de natalidad fallan… El escrito añadió que unas 68 mil mujeres mueren anualmente debido a abortos inseguros, mientras que otras 5.3 millones sufren discapacidades temporales o permanentes como resultado de ello… Sadia Chowdhury, especialista en salud reproductiva e infantil del Banco Mundial, dijo que era crucial que esté más ampliamente disponible la información sobre anticoncepción no sólo para las mujeres, sino también para los hombres, los líderes locales y los jóvenes… (reforma.com)

Comentario:
Es un tema muy sensible este de la educación sexual y el aborto. Sé que todo mundo tiene su opinión al respecto y muchas veces dichas opiniones no aceptan puntos de vista diferentes. Es más sencillo descalificar que escuchar y bien puede ocurrir que este artículo sea tinta (es un decir) desperdiciada. De todos modos lo intentaré.

(Editor: Como quizás pocos van a leer este artículo, tienes permiso de contar uno de esos chistes…)
(Autor: ¡Gracias por el ánimo… y por el permiso!)
(Editor: ¿Cuál?)
(Autor: Aquel en que una pareja joven de casados asiste al médico y solicitan consejos acerca de un método anticonceptivo seguro, eficaz, económico, sencillo de usar y fácil de recordar. El médico se queda pensando y les dice: “Con todas esas características, sólo puedo pensar en las naranjas,” “¿¡Naranjas!?” “Sí, coman naranjas,” “¿Eso es todo?,” “Eso es todo,” “Pero bueno doctor, comer naranjas, ¿antes de…, o después de…?” “En vez de…, jóvenes, en vez de…”)

He escuchado opiniones que razonan como sigue: “Si de todos modos los jóvenes van a incurrir en actividad sexual fuera del matrimonio, lo mejor es que lo hagan con protección.” Razonamientos similares se expresan para defender el derecho al aborto. “Si de todos modos van a existir abortos, es mejor que se realicen en forma abierta y sin condenación.”

Con tales razonamientos somos nosotros, quienes deseamos basarnos en la perspectiva bíblica, los villanos de la película. Quienes estigmatizamos y condenamos a las jovencitas embarazadas y cerramos los ojos y la mente a una realidad sexual “diferente” a la de los tiempos bíblicos.

Vayamos por partes. Para empezar, la actividad sexual “moderna” podrá ser diferente en cuanto a los medios de promoción, pero no en lo fundamental. Leemos que Sodoma y Gomorra fueron destruidas por Dios por la depravación que existía en ellas (Génesis 19). En la Biblia hay referencias a la homosexualidad (Génesis 19; 1 Corintios 6:9-10), al incesto (Génesis 19:32), a la violación (2 Samuel 13:14) y a las orgías (Gálatas 5:19-21). También se sabe que durante el Imperio Romano existieron épocas de depravación sexual. Ser liberales con nuestros hijos no nos hace caminar a un nuevo mundo, sino más bien repetir las historias de decadencia de la humanidad.

Segundo, quien rechaza a las jovencitas solteras que quedan embarazadas, no han comprendido el concepto de la gracia que vino a enseñar Jesús. No se rechaza al pecador, sino al pecado. Debemos buscar la santidad, pero si fallamos, y todos lo hacemos en una u otra área, podemos arrepentirnos y confiar en la gracia de un Dios amoroso para perdonarnos. Debe existir firmeza para oponerse al aborto, porque equivale al asesinato de un pequeño e indefenso ser, pero debe haber comprensión, suavidad y apoyo para con los jóvenes que se equivocaron.

¿Debemos repartir preservativos para evitar embarazos no deseados y abortos? No. Lo que se debe repartir con profusión es la enseñanza de la Palabra de Dios. Entre las parejas solteras, el método anticonceptivo a seguir son las naranjas (abstinencia, pues).

Ahora bien, si se trata de matrimonios, no existe nada en la Biblia que se oponga a la planeación y al control natal. Los métodos anticonceptivos son válidos en tanto no provoquen micro abortos (destrucción de embrión fecundado).

Lo que dice la Biblia
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca. (1 Corintios 6:18)

La fornicación separa al hombre de Dios. Si esto lo sabe el enemigo, ¿no le estamos facilitando la tarea cuando aceptamos conductas liberales en nuestra sociedad?

jueves, septiembre 04, 2008

La Santa Muerte

La Noticia:

Los sicarios, asaltantes y secuestradores no sólo cuentan con las fallidas acciones policíacas para evitar ser atrapados, también pueden hacer un ritual a la "Santa Muerte" para ser escurridizos… Un zopilote adulto de cabeza roja, un conejo negro, un calcetín del pie derecho con un uso mínimo de 48 horas de haber cometido el último delito, "esencia de delincuente" y la pistola o cuchillo con la que se trabaja, son algunos de los 23 ingredientes que necesita el rito para lograr la protección de la "Niña Blanca"… Esto según "El Ritual del Delincuente" que el Padrino Endoque, líder de la Santa Muerte Internacional quien fue acribillado hace unas semanas en Tultitlán, Estado de México, recomendaba en su libro "Revelaciones"… "Te recuerdo hermano que este ritual ha sido totalmente probado en personas dedicadas a cosas como el robo y asaltos", señala el escrito… "El Ritual del Delincuente", se advierte en el texto, se debe realizar los días 12 del mes a las 00:00 horas y debe haber luna llena para llevarlo a cabo, pues de no ser así, la libertad de los delincuentes se pone en peligro… El Padrino Endoque, quien fue asesinado de 100 balazos, tenía una iglesia en Tultitlán en donde hace 6 meses inauguró una de las imágenes de la Santa Muerte más grandes en América Latina… (reforma.com)

Comentario:

No se indica si el ritual tiene éxito en países donde la policía es eficiente. No me gustaría herir susceptibilidades o dañar la imagen de los pocos policías celosos de su deber, pero a la fecha, nuestra policía no atrapa a nadie, zopilotes o no zopilotes de por medio. Claro que también tengo la curiosidad de saber si los zopilotes de cabeza roja se consiguen en la sección de congelados del Wal-Mart. No que me interese el ritual, sino que soy un apasionado en seguir las recetas al pie de la letra y no dejo de pensar si se puede sustituir el zopilote por un guajolote, o el conejo por un gato, o el calcetín por…

El ser el autor del ritual no libró a este personaje de ser acribillado a balazos. Alguien que desee ser muy preciso dirá que el ritual era para preservar la libertad, no la vida. Así que en realidad no falló, pero habría que ser muy inocente (por no usar vocablos prohibidos) para hacer brujería por la libertad aún a costa de la vida.

Lo más probable es que los rituales y la adoración de una imagen de metal y concreto no sean más que charlatanería. Lo más probable y lo más deseable. Porque si no, estamos hablando de abrir las puertas a un mundo espiritual dominado por el enemigo. El Diablo existe y no se contenta en hacer ruidos en casas encantadas en noches de tormenta. Él es más sutil que eso porque viene a “hurtar y matar y destruir…” (Juan 10:10). No le interesa que alguien se incline frente a una estatua, pero ese acto puede representar una invitación para introducirse en una vida.

Lo que dice la Biblia:

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros (Santiago 4:7).

La buena noticia es que nadie está indefenso frente al enemigo. Quien se somete a Dios, puede resistir al Diablo. La brujería o el adorar a ídolos, es algo que Dios detesta y resulta no sorpresa que el señor de la noticia haya acabado con más balas en su cuerpo que la dotación mensual de una estación de policía.

Insisto en que las recetas de brujería, tarot, lectura de cartas, astrología y demás, son seguramente mera charlatanería, pero nadie en conciencia debería meterse en cosas reprobadas por Dios porque pueden representar el canal para que llegue el Diablo a hurtar, matar y destruir. ¿Para qué arriesgarse cuando siguiendo a Jesús (y no se necesitan zopilotes para ello) se puede tener vida en abundancia?

miércoles, agosto 27, 2008

Libro Retirado por Temor

La Noticia:
La periodista Sherry Jones escribió "La Perla de Medina" una novela acerca de Aisha, la joven esposa del profeta Mahoma. Para ello, Jones aprendió árabe, estudió textos académicos acerca de la vida de Aisha… Random House (la editorial que había comprado los derechos de la novela) abruptamente canceló su publicación… Random House temió que el libro se convirtiera en un nuevo “Versos Satánicos,” la novela de Salman Rushdie de 1988 que condujo a amenazas de muerte, disturbios y el asesinato del traductor japonés, entre otros horrores. En entrevista acerca de la novela de Sherry Jones, un directivo de Random House dijo que la empresa había recibido advertencias de que la publicación del libro no solo podría ser ofensiva para partes de la comunidad musulmana, sino que además podría incitar actos de violencia por un pequeño segmento radical… (online.wsj.com)

Comentario
Aparte de que puede desatar el debate acerca de la capacidad del Islam para censurar la publicación de un libro, puede resultar representativo que la editora evitara la posibilidad de hacer enojar a parte de la comunidad musulmana casi en la víspera del Ramadán.

Recordemos que en dicho mes (que en el 2008 corresponde aproximadamente del 2 de septiembre al primero de octubre) los musulmanes toman aún más en serio su religión. No pueden en el mes del Ramadán durante la luz solar ni comer, ni beber agua, ni tener unión conyugal y eso los vuelve sensitivos a cualquier provocación contra su profeta.

El ayuno está respaldado en la Biblia y de hecho Jesús ayunaba y oraba. Lo cuestionable en el Ramadán es que el ayuno y la oración no deberían convertirse en ritual, sino deberían realizarse como un ejercicio de comunicación personal con Dios. Cada quién en su momento, cada persona cuando sienta la necesidad de acercarse a Dios. Aún cuando se corra el riesgo de que si no se hace en forma obligada, no se haga, al volverse un mandato, se pierde básicamente el sentido de hacerlo.

Encontramos en varias partes de la Biblia orientación sobre el ayuno y la oración.

Nehemías habla de una oración continua y no a horas específicas del día:
Esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti, día y noche, por los hijos de Israel, tus siervos. Confieso los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. (Nehemías 1:6)

En Proverbios se observa que no toda oración es agradable a Dios:
Incluso la oración le es abominable al que aparta su oído para no escuchar la Ley.
(Proverbios 28:9)

Zacarías se enfoca en la sinceridad del ayuno:
“Di a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes: “Cuando ayunabais y llorabais en el quinto y en el séptimo mes durante estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí?”” (Zacarías 7:5)

Durante el ayuno y la oración en el Ramadán podemos analizar dos posibilidades para los musulmanes: aquellos que oran de dientes fuera, como un ritual, y cuyo resultado es sólo una fachada de religiosidad, o bien aquellos que de verdad buscan a Dios. El resultado para estos últimos puede ser una revelación extraordinaria de Jesús al estilo de cuando se convirtió Pablo (Hechos 9), o encontrarse con un misionero cristiano que arriesgando su vida se encuentre por aquellas tierras.

Lo que dice la Biblia:
¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: "¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" (Romanos 10:14-15)

Se necesita más gente deseosa de predicar el Evangelio en tierras musulmanas. El ayuno y la oración son poderosos, pero no perdamos de vista su objetivo central: una relación personal con Dios a través de Jesús.

martes, agosto 19, 2008

Doctor con Dislexia ha Presidido 40 Ejecuciones

La noticia:
El Dr. Alan Doerhoff se llama a sí mismo la “autoridad mundial en inyecciones letales”… El cirujano de 64 años de edad de Missouri estima haber presidido más de 40 ejecuciones… “Nadie nunca hará tantas como yo,” dijo en una entrevista… Pero también ha sido proscrito de participar en ejecuciones en Missouri por un juez preocupado por que Doerhoff admitió tener dislexia, lo que le provoca transponer números y hacer errores, si bien no cruciales médicamente hablando, cuando mezcla las drogas letales… El director ejecutivo del Centro de Información de la Pena de Muerte dijo que los Estados reconocen necesitar experiencia médica para ejecutar por inyección letal, pero es difícil encontrar doctores que deseen participar… Doerhoff dijo que el debate sobre inyección letal se ha centrado equivocadamente en las drogas, las cuales siempre funcionan, cuando el problema recae en fallas en la colocación de las agujas intravenosas… Aunque su labor primaria es establecer la línea, Doerhoff ha ayudado a mezclar drogas y tranquilizado a los guardias nerviosos que deben presionar el botón para liberar las drogas… “Estos tipos están asustados hasta la muerte, están temblando”… (cnn.com)

Comentario:
Admiro a una persona que con una deficiencia física o mental, en este caso dislexia, es capaz de convertirse en la “autoridad mundial” de su especialidad. Mi admiración se traba un poco cuando esta persona elije especializarse en la aplicación de inyecciones letales. No se si sea denostar su profesión el mencionarla como un “verdugo moderno,” pero aún con lenguaje políticamente correcto, me sigue pareciendo una profesión no solo poco atractiva, sino aterradora.

Me puedo explicar que haya pocos doctores dispuestos a participar en ejecuciones. A mi ni siquiera me gustaría observar. ¿Cómo no van a estar temblando los pobres guardias que les toca apretar el botón? Y eso que hoy en día existe mucha gente con una habilidad extrema en el pulgar, pero aquí no se trata de cambiar un canal de TV o mandar un mensaje de texto por un celular.

Ciertamente no fueron los guardias los que decidieron que debería morir el prisionero, ya que seguramente existió un juicio, un veredicto, una sentencia y una o más apelaciones, pero al final de todo el proceso queda el médico que debe insertar las agujas en las venas del paciente y el guardia que oprime el botón que hace circular las drogas que matan. Olvidándome del crimen y dejando de lado (al menos por el momento) el debate acerca de la pena de muerte, intento ponerme en los zapatos de ese médico y ese guardia y simplemente no puedo.

El médico parece haberse adaptado y hasta parece presumir su experiencia (no le preguntaron si no padece pesadillas). En cambio los guardias tiemblan en el momento crucial. ¿Qué ven ellos? ¿Un prisionero derruido por la expectativa de conocer con certeza el momento de su muerte? ¿Un ser humano, quizás culpable de un crimen, pero incapaz ya de cualquier acción que no sea implorar perdón? ¿Qué les puede decir el doctor a los guardias para tranquilizarlos? Creo que no quiero saber.

Lo que dice la Biblia:
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo:
-El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
(Juan 8:6)

¿Recuerdan esta historia? La ley condenaba a muerte el adulterio y la mujer había sido sorprendida…, ya saben…, en adulterio, pues. Ya había sido atrapada, enjuiciada, sentenciada y estaba a punto de recibir la ejecución. Jesús no se dirigió al juez, a los miembros del jurado, o al marido ofendido, sino a quienes iban a ejecutar la sentencia.

Sé que no es una noticia agradable, pero quizás es hora de reflexionar acerca de la pena de muerte.

viernes, agosto 08, 2008

Lanzan Clones Comerciales de Perros

La Noticia:
Científicos de una compañía biomédica privada en Corea del Sur realizaron la primera clonación comercial de la historia y dijeron haber creado cinco perros a partir de tejidos de una mascota muerta… RNL Bio explicó en una declaración que la clonación del perro Booger fue el primero de tipo comercial y que ofrecerá el servicio a clientes en todo el mundo… Los cachorros, presentados este martes en una conferencia de prensa en Seúl, fueron encargados por una granjera de California, Bernann McKinney, quien pagó 50 mil dólares por las copias de su Pit Bull Terrier… "Booger fue mi compañero y mi amigo", dijo McKinney, una ex reina de belleza, quien conservó por casi un año en un laboratorio estadounidense congelado el tejido de la oreja de su mascota para conseguir su clonación… "¡Es un milagro!", gritó una y otra vez McKinney cuando vio los cachorros clonados en un laboratorio de la universidad… (reforma.com)

Comentario:
¿Y si en vez de los cinco perros sólo se hubiera quedado con uno, le hubieran cobrado $10,000 dólares? Creo que la respuesta es no y que fueron cinco perros para aumentar las probabilidades de éxito. No puedo dejar de pensar sin embargo en si la mamá “sustituta” de los perritos no estaba confundida. ¿Cachorros con el mismo ADN huelen diferente? “Tú ya comiste Toti, deja que tu hermanito Titín coma.” “No fui yo, Ma, fue Toto el que comió.” “Me quieren volver loca.”

Y también de repente voy más allá. Si yo me clonara cinco veces, ¿podría escribir cinco artículos por semana? (Editor: Dios me ampare). Pero, ¿serían artículos iguales, o cada clon pensaría su propio tema, o quizás 5 perspectivas del mismo tema?) O quizás sería como aquella película (Multiplicity, creo se llamaba) en que uno de los clones trabajaba, otro se iba a jugar golf, otro hacía trabajos domésticos y otro…, mejor no les cuento qué hacía el otro.

¿Estamos preparados para cinco “yos”? No lo creo. Ni siquiera, y conste que peco de humildad, para cinco Newtons, Einsteins, Mozarts, (antes del etcétera, ponga aquí a su personaje célebre favorito), etc. Es más, no sabríamos ni qué hacer si incluso Jesús fuera clonado y caminara estos días entre nosotros. ¿En vez de panes y peces multiplicaría pizzas y sushi?

Deberíamos reflexionar que si Dios, como creador del ADN y todopoderoso, no ha intentado jamás enviar a un clon de su hijo a la Tierra, ¿porqué nosotros estamos pensando en crear duplicados de gente imperfecta? O como en el caso de la noticia, ¿no raya en el berrinche empeñarse en crear un perro igualito al anterior negando la oportunidad a otro cachorrito, nacido en forma natural, la esperanza de adopción? ¿Y ahorrarse 50,000 dólares en ello?

En otro momento hablaré de la postura bíblica en relación a la clonación y la investigación de las células madre, porque aquí deseo enfocarme exclusivamente en el concepto de alterar el curso natural de la vida. La persona que pagó un dineral (puede tirarlo si lo desea, es suyo ciertamente) no está aceptando la muerte de su mascota y de esa forma está rebelándose ante un hecho que Dios permitió. Y esto sin meternos en los problemas prácticos aún no resueltos (tengo entendido) de la clonación, como el envejecimiento prematuro o la delicada salud de los clones.

Quizás la historia de Job nos inspire como modelo de comportamiento a seguir. Job llevaba una vida próspera hasta que Dios permitió a Satanás acabar con su patrimonio, salud e hijos.

Lo que dice la Biblia:
No había terminado de hablar este mensajero cuando todavía otro llegó y dijo: “Los hijos y las hijas de usted estaban celebrando un banquete en casa del mayor de todos ellos cuando, de pronto, un fuerte viento del desierto dio contra la casa y derribó sus cuatro esquinas. ¡Y la casa cayó sobre los jóvenes, y todos murieron! ¡Sólo yo pude escapar, y ahora vengo a contárselo!” Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!” (Job 1:18-21).

El Señor bendijo más los últimos años de Job que los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. Tuvo también catorce hijos y tres hijas. A la primera de ellas le puso por nombre Paloma, a la segunda la llamó Canela, y a la tercera, Linda. No había en todo el país mujeres tan bellas como las hijas de Job. Su padre les dejó una herencia, lo mismo que a sus hermanos. Después de estos sucesos Job vivió ciento cuarenta años. Llegó a ver a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Disfrutó de una larga vida y murió en plena ancianidad. (Job 42:12-17).

Job aceptó la situación y no recibió clones de sus hijos e hijas originales como restitución, sino hijos e hijas tales que “no había en todo el país mujeres tan bellas como las hijas de Job.” Avances científicos aparte, ¿qué tan capaces somos de aceptar los designios de Dios con la actitud de Job: “El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!”?

jueves, julio 31, 2008

Fallece Sacerdote que Voló con Globos

La Noticia:
Pruebas de AND confirmaron que un cuerpo hallado cerca de la costa de Brasil es la de un sacerdote que desapareció mientras volaba sobre el Atlántico llevado por cientos de globos de fiesta multicolores… El reverendo Adeliz Antonio de Carli salió de la ciudad brasileña de Paranagua amarrado a 1,000 globos llenados con helio en un intento por reunir fondos para construir un lugar de reposo y centro de adoración para camioneros… Pero el sacerdote católico romano de 41 años pronto perdió contacto con su equipo de tierra y el grupo de globos coloridos fue encontrado en el agua un día después… Por varios días luego de la desaparición del sacerdote rescatistas en barcos, aviones y helicópteros rastrearon una gran superficie de mar y áreas de montaña densamente cubiertas por bosques… (cnn.com)

Comentario:
Comencemos con unas preguntas irrelevantes e irreverentes. ¿Nadie se le ocurrió sugerirle a este reverendo que una rifa o una kermés eran más seguras? ¿Tenía en su “nave” algo de control, como bajar un poco reventando algunos globos y subir inflando otros? ¿Se habrá llevado sus propios cacahuates, que es lo único que ofrecen en los aviones hoy en día? ¿Habrá visto de niño demasiados episodios del coyote y el correcaminos?

Por supuesto no creo que a nadie se le ocurra imitar algo semejante, por lo que un consejo de “no hagan esto,” sale sobrando, aunque me puedo llevar sorpresas. Después de todo, año con año aparecen turistas en Pamplona dispuestos a correr con toros bajo el efecto del alcohol (nótese que los alcoholizados son los turistas, los toros están sobrios y eso evita más tragedias).

Pero existen áreas menos “extremas” donde aún ponemos a prueba la paciencia de Dios: viajar muy por arriba de los límites de velocidad, ganarle el paso al tren o alcanzar a cruzar antes de la luz roja, cruzar la calle en sitios indebidos, usar la motocicleta sin casco, no revisar el auto antes de salir a carretera, no usar cinturón de seguridad, dejar niños sin supervisión en el hogar, no asegurar puertas y ventanas al salir, no hacer revisiones médicas periódicas, seguir dietas descuidadas, etc.

En otro orden, y no menos “extremas,” están las situaciones en que las personas están esperando que Dios supla sus necesidades y no trabajan, o lo hacen marginalmente porque, es su argumento, si Dios cuida aún de los pajarillos, con más razón de sus hijos. Y no digamos los que esperan sacarse la lotería y que han derrochado una pequeña fortuna (que si hubieran puesto en el banco, ya serían efectivamente ricos) comprando boletos de rifas y sorteos.

Lo que dice la Biblia:
Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo:
-Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: 'Ordenará a sus ángeles que te sostengan en sus manos, para que no tropieces con ninguna piedra.'
-También está escrito: 'No pongas a prueba al Señor tu Dios' -le contestó Jesús.

(Mat 4:6-7)

Hay diferencia entre vivir confiados en Dios y en poner a prueba a Dios y eso expresó magistralmente Jesús en esta cita. Podemos confiar en que Dios, si es su voluntad, nos hará un milagro de sanidad o económico, pero eso no debe impedir que asistamos al médico, que trabajemos, que cuidemos nuestro hogar, que seamos cautelosos, o que seamos organizados con nuestras finanzas. Así que olvidémonos de los globos y vivamos sensatamente que Dios hará (siempre ha hecho) su parte.

martes, julio 22, 2008

Gratitud

Antes de establecer la definición, hagamos un esfuerzo mental por establecer motivos (así en plural y en gran cantidad) para estar agradecidos. Después meditaremos a quién le podemos agradecer por cada uno de ellos. Comencemos. Podemos estar agradecidos por la vista, el gusto, o todos los sentidos, para terminar antes; por la vida; por la salud (aunque no esté al 100 por ciento); por la comida; por el vestido; por la ropa; por el techo; por los servicios recibidos; por la atención recibida cuando niños, adolescentes y jóvenes; por las flores, los animales y los árboles; por la tierra, para no desglosar cada elemento de ella; por los libros, las computadoras y el Internet (N. del E.: Aquí eliminé la parte de dar gracias por este Blog, ya que hubiera sonado muy arrogante) (N. del A.: No tenías que poner esta nota aclaratoria. ¿Qué esperas? ¿Las gracias?) (N. del E.: ¿No estás hablando de gratitud?); por los juegos y deportes y todos quienes los han compartido con nosotros; por los maestros y su paciencia; por nuestro empleo y empleadores; por cada familiar y amigo que ha pasado tiempo con nosotros; por cada regalo recibido; por cada Navidad y cenas especiales; por esa sonrisa y ese abrazo; por…

Definitivamente, existen muchas razones para sentirnos agradecidos. Si su lista es corta, es quizás porque está resentido con alguien y no está siendo capaz de ver que su vida, prácticamente por definición, se la debe a alguien.

Gratitud, vayamos al concepto, es reconocer lo que otras personas han hecho por uno y expresarles lo mucho que se aprecia lo que hicieron.

Primero, por supuesto, hay que reconocer los beneficios (para ello hicimos la lista), pero ahora hay que considerar: ¿Quién nos ha beneficiado? Es inevitable que mencionemos a nuestros padres biológicos o adoptivos, sin importar que después hubiesen desarrollado egoísmo o desinterés. Si estamos vivos, es porque alguien cuidó de nosotros cuando niños. Los bebés humanos no son capaces de sobrevivir por sí mismos. Y la gratitud no debe depender de la personalidad del benefactor, sólo de los beneficios.

También seguramente debemos mencionar a hermanos y otros familiares cercanos. La convivencia irremediablemente acarrea ciertos conflictos y es probable que recordemos pleitos pasados con nuestros hermanos, pero debemos hacer un esfuerzo para evitar la amargura y centrarnos en lo positivo, en aquellos gestos de bondad que seguramente existieron.

¿Quién más es o fue un probable benefactor algún día? Amigos, vecinos, jefes anteriores (aún cuando en algún momento se hayan visto precisados a despedirnos), jefes actuales, proveedores de servicios, etc. Sin olvidar, claro, a aquel que en principio nos otorgó la vida y a Jesús, quien se sacrificó por nosotros para que aceptándole, seamos acreedores a la vida eterna.

Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia. (Hebreos 12:28)

No que lo sea, pero quizás, si tenemos la meta de ser agradecidos, deberíamos considerar la gratitud como una deuda personal, no abstracta. Esto es, no sentirnos agradecidos en lo general y suspirar, sino hacer algo tangible a personas de carne y hueso (dejando un lugar especial para Dios, claro).

Esto requiere de nuestro tiempo y atención. Debemos dedicar tiempo a decir gracias lo más pronto posible. Hacerlo tarde, además de correr el riesgo de nunca poder hacerlo, no tiene el mismo efecto. De hecho puede generar amargura en algunas personas que nos dedicaron su atención y nosotros, no solamente no agradecimos, sino que incluso menospreciamos el regalo, la atención o la intención.

No seamos de aquellos que lamentan no haber alcanzado a agradecer a un ser querido antes de que la muerte se los arrebatara. Empecemos hoy mismo a cancelar esas deudas pendientes con muchos abrazos y otras acciones de gracias.

Lo que nos lleva al siguiente punto: no basta con palabras, existen muchas formas de agradecer un beneficio. Primero, parte de la gratitud significa en hacer un uso responsable de lo que se ha recibido por gracia. ¿Qué recibimos? ¿Una carrera universitaria? Seamos unos excelentes profesionistas que hagan a quien nos ayudó a conseguir el grado sentirse orgullosos. ¿Dinero? Usémoslo responsablemente. Etc.

También se muestra gratitud hacia nuestros empleadores cuando somos cuidadosos con el equipo de la empresa o de la oficina. Hacia nuestros abuelos cuando pasamos tiempo con ellos escuchando sus historias. Hacia nuestros empleados cuando en público exaltamos sus virtudes. Hacia Dios cuando ofrecemos ayuda a personas menos afortunadas que nosotros.

Lo que dice la Biblia:
Me alegro muchísimo en el Señor de que al fin hayan vuelto a interesarse en mí. Claro está que tenían interés, sólo que no habían tenido la oportunidad de demostrarlo. No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. (Filipenses 4:10-11)

Pablo se apresuró a dar gracias con humildad a los Filipenses, aún cuando parecía que estos se habían olvidado de él. No guardemos rencores, sino hagamos un esfuerzo para que nuestras palabras estén siempre llenas de gratitud en todo y por todo.